Frontiers Records acaba de publicar el proyecto conocido
como “The Dark Element”, formado por la unión de la vocalista Anette Olzon (ex-Nightwish)
y el guitarrista Jani Liimatainen, ex de Sonata Arctica y, a día de hoy en Cain’s
Offering, el cual se ha traído consigo a los demás miembros de la banda para la
consecución de este proyecto.
Un proyecto con grandes intenciones y expectativas, pero
que, mucho nos tememos que se convierta en uno de tantos que se quedan en
simplemente proyecto y no adquieren continuidad. Sí, es posible que realicen algún
otro disco más, pero veremos cómo se desarrolla su solidez.
Porque este primer trabajo es un disco de luces y sombras
(desafortunadamente más sombras que luces…) El comienzo es prometedor, pero a
medida que transcurre el disco, va perdiendo fuelle poco a poco, con algunos tímidos
intentos de resurgimiento, pero sin llegar a retomar el vuelo.
El disco nos
ofrece sus momentos álgidos con “My Sweet Mystery”, “Halo”, “The Ghost and the
Reaper” o tal vez, “Dead to Me”, pero no deja de ser un disco discreto y
carente totalmente de originalidad, ya que en varios pasajes nos rememora, más
de lo que sería estrictamente necesario, a otras aportaciones en sus anteriores
o actuales grupos, incluso rozando la alevosía… Cuando el Sr. Tuomas Holopainen
haya escuchado la entrada de “My Sweet Mystery” habrá pensado: ¿¿¿de qué me
suena a mí esto…??? (además, justo en el momento en que Anette estaba con
Nightwish… Pero bueno, las casualidades también existen…)
Un disco correcto sin más, lleno de buenas intenciones, pero
que no pasará a la historia. Nada que no hayamos oído antes en Nightwish, Cain’s
Offering, incluso Amaranthe, o bandas similares, pero eso sí: a menor nivel
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